RPG El despertar de la Bestia // las cruzadas pokemon

Galopaban a gran velocidad los caballeros, ondeando sus estandartes y dejando tras de sí el majestuoso rastro de las llamas que de sus corceles provenían. Atravesaron con presura el reino los garañones imperiales hasta llegar al pueblo de Crowbar, situado en la frontera sur del reino de Tessalia.
Dicho pueblo era, por llamarlo de algún modo, la entrada principal al reino. Sus caminos eran los mas seguros y los más poblados. Cualquier viajero preferiría usar esta ruta a adentrarse en las traicioneras montañas de Heerun o en los peligrosos bosques llenos de bandidos.
Liderando el escuadrón de caballería, un paladín corpulento de azulada armadura dio la orden para detenerse a las puertas del pueblo. Los guardias hicieron una reverencia y prontamente cedieron el paso al grupo.
Mientras trotaban en los empedrados caminos que los dirigían al bastión, un joven caballero ataviado con una armadura muy sencilla se emparejó a su general y se levanto la visera del yelmo.
-Señor…-
-Que sucede Arn?- preguntó el hombre con voz grave y profunda sin retirar la vista del camino.
- ¿Por qué nos ha traído aquí?
-Mi señor, Lord Sylvann, nos requiere para escoltar a sus invitados a salvo hasta su presencia-
-Ya veo… - respondió el joven con un aire pensativo –por lo menos podré continuar mi entrenamiento con usted, ¿no es así?
El hombre soltó una leve risa y contesto –Ni la irá de Entei te libraría de tus deberes joven escudero.
-hey! trabajé como un growlith para ser un caballero de vuestra orden, señor. –Sonrió y alentó el paso para regresar a su posición inicial.
-ciertamente lo hiciste… sí que lo hiciste…- murmuro el general.


Los guardias corrían de un lado a otro en las barracas junto al castillo. Sobre una gran caja de madera, un soldado vociferaba: “por ordenes de Lord Durahan, cualquier ser que intente ingresar a la ciudad deberá ser registrado. Es de gran importancia que busquéis a aquellos que porten una carta sellada por el mismo canciller y sean llevados con el señor Durahan.

Spoiler:

Tratábase de una fría noche dentro del bosque de Tessalia. Despues de un largo recorrido en el que Luna y yo exploramos las maravillas que nos ofrece la naturaleza y continuamos nuestro camino hacia una villa cercana en la cual planeabamos convivir con los aldeanos y predicar un tiempo, decidimos detenernos a descansar e instalamos un campamento en el que cenabamos y nos preparábamos para dormir.
De repente, escuchamos un sonido peculiar al que yo al estar medio dormido no hice demasiado caso. Sin embargo, Luna comenzó a jalarme del brazo para atraer mi atención hacia lo que acababa de aparecer junto a nosotros. Se trataba de un sobre con una pinta elegante, el cual hizo que de inicio buscase a la persona que lo había dejado, sin embargo no vi a nadie en los alrededores. Confundido y cansado, extendí mi mano para tomar el sobre en mis manos y examinar su contenido. La intriga me estaba matando...

Mi sueño pareció ser una señal, tal vez una amenaza. Nunca había visto aquel mapa de mis sueños. Lugares tan grandes nunca explorados por mí.
Al despertar encontré una carta en mi habitación que apareció de un..."puff" morado aparentemente. No recuerdo exactamente que es lo que decía pero venía de alguien muy importante o almenos eso pensé a juzgar por el sello. No conozco muy bien el mundo exterior ni sus reglas. Aun así he decido que es mi momento de salir y crecer por mi cuenta. Conocer como es este mundo real.
Antes de salir mi gente me ha dado sus bendiciones regalándome una criatura proveniente del exterior. Un ser misterioso importante para mi pueblo pues es el símbolo de nuestro dios, la naturaleza. De quien vivimos y crecemos.
Según los sabios de mi pueblo este ser me enseñaría a como sobrevivir a lado de los árboles. Es símbolo de una criatura terrenal, capaz de vivir en armonía con lo que lo rodea. Es pacífico y se ve muy amigable. He decidido en llamarLO "Kiha".
De inmediato sentimos una conección. Parecía cansado y yo también (no dormí mucho a causa de mi sueño tan raro). Aunque al vernos recobramos energía suficiente para sacar un sonrisa desde el fondo de nuestras almas. Sabía que podría confiar en Kiha y él puede confiar en mí.
Tan llameantes ráfagas de luz, la primera vez fuera de las cuevas. De inmediato corrí a una sombra mientras Kiha se tiró al suelo y se revolcó bajo los rayos de este luminoso punto en el cielo.
Supe en aquel momento que este sería nuestro comienzo...

El anciano repasó mentalmente la carta en busca de cualquier error:
A quien corresponda:
“Con gran pesar escribo estas palabras con la esperanza de que vosotros, guerreros valerosos, sigan el llamado. Los reinos… la tierra misma corre gran peligro. Me temo que no puedo daros ningún detalle aún pero me consuela saber que aquellos elegidos para esta encomienda tomaran la responsabilidad sin dudarlo. Dadas las condiciones de la situación, os ruego que seáis sumamente discretos y tengan mucho cuidado, la obscuridad se encuentra expectante. Sea cual sea vuestra decisión, os doy la más cordial invitación a la gran ciudadela de Tessalia como mis invitados para conversar sobre este mal que tanto aqueja nuestro amado hogar.
En la frontera sur del reino, en el bastión de Crowbar, encontrareis a mi más fiel siervo quien os dará pasaje seguro a través de nuestros caminos. Podéis confiar en él.
Sin mas que decir, os deseo que las estrellas iluminen vuestro andar y os guarden de desgracias.
Sdion Sylvann, Supremo canciller de Tessalia.”
Todo parecía ser muy claro… pero le preocupaba que a su vez fuese demasiado ambiguo, por desgracia tenía que limitar la información a fin de que no cayese en manos equivocadas.


“Raaaaawr” rugió con júbilo el pequeño dragón al ver a su amigo acercarse por la entrada de las barracas. El joven corrió hacia ella y la sostuvo con mucho cariño. Había dejado Crowbar hacia ya 4 meses para continuar cin su entrenamiento dejándola en Crowbar bajo el cuidado de los siervos de su maestro, por mas que desease seguir a su amigo a donde se encontrase, hay ciertas distancias que un dragón de tan tierna edad no puede recorrer.
Arn le propuso dar un paseo a las afueras del pueblo pues mientras Lord Durahan no completase el papeleo, no habría ningún entrenamiento ni asignación para él. Se escabulleron por la entrada principal y se dieron a la tarea de disfrutar de la presencia del otro bajo el suave cantar del viento.

-Esto es cansado- le dije a Kiha. No sabía si me podría entender pero el parece disfrutar del sol.
Comencé a dirigirme a Tessalia, la carta provenía de ahí y pareciera ser algo importante.
Durante el trayecto recolecté unos cuantos frutos. Kiha me ayudo con aquellos de altos árboles en donde los enenamos tenemos desventaja. Ya me he acostumbrado a los rayos del sol y mis ojos de han adaptado pero el calor me seguía cansando así que tomé una pequeña siesta.

Listo y lleno de energía retomé mi viaje hacia el reino.
Fué un largo camino pero ya se podía ver el reino a lo lejos y muchos guardias alrededor.
No confio en la gente extraña así que me mantuve alerta y listo para cualquier cosa.

Rawr!- la pequeña dragón se acerco a zancadas al parapeto observando fijamente la linea de horizonte donde los frondosos arboles parecian leve vestigio de pasto. Arn se asomó intrigado pero no pudo ver nada mas alla de un fuerte sol en su cenit. -¿Y a ti que te pasa?- preguntó al tiempo que caminaba hacia el torreon para usar el periscopio montado en el.
Tomó la fria estructura de acero y revisó minuciosamente el horizonte.

Al principio su vision solo hayó arbustos y malesa pero prontyo una figura de baja estatura llamó su atención. Parecia ser un hombre pero... ciertamente era muy bajo para serlo. Este era seguido por una pequeña creatura con una hoja en su cabeza. Arn ya habia leido sobre dicha creatura en uno de los libros de estudio, ese era un Chikorita.
Hmm... ¿podra ser?- se pregunto a si mismo mientras examinaba mas minusiosamente al extraño. -creo.. creo que es un enano- concluyo finalmente.
-Vamos- ordeno al dragón mientras abría la trampilla para desender a las barracas. Arn tomó su escudo de la repleta estanteria y se apresuro a conseguir un ponyta para salir al encuentro del enano. Cabalgó hacia la pueta principal y la atravezó a gran velocidad.
Cuando estubo suficientemente cerca, aligero el paso del corcel y se acerco trotando al enano. Habia leido mucho sobre ellos pero ciertamente era muy diferente ver uno en la realidad y fuera de sus tuneles.

-Saludos viajero- dijo el joven con tono marcial - mi nombre es Arn Magnusson, caballero de la orden del "Dragón del Sur". Si no es mucha molestia, quisiera pregutaros, ¿que lo trae a Crowbar?-

Todo parecía normal en mi camino hacia el castillo. Sin embargo al acercarme cada vez más me parecia ver más movimiento. Altos seres corriendo y bajando. Dudé el seguir acercándome pero un caballero se dirigía hacia mi en una criatura muy brillante. No sabría que hacer si esto se pone mal. ¿Luchar quizas? pero ¿qué pasaría con Kiha...? Decidí ser paciente y pacífico en este momento y esperar a ver que es lo que quiere este extraño.

Me confundí con su pregunta pues todavía no conozco del todo los alrededores y sus nombres tan no-enanos.
Pero solamente le respondí: -Me invitaron y parece ser importante será mejor que no me retengas- (pero que nervioso me sentí al contestar, aunque traté de intimidarlo con mis palabras para verme más fuerte, sólo demostré lo perdido y confundido que estaba).
-Lo siento recibí una carta, al parecer de un rey ¿sabes algo sobre eso?
Revisé que Kiha estuviera cerca de mí, estábamos listo para correr y perderlo en el bosque...
pero esperé a su respuesta.

HA! No puedo tener mas suerte el día de hoy! penso el joven quien montaba al corcel en llamas. " si ese es el caso, espero me permita llevarlo ante mi señor, Durahan Guillou. El os llevar ante el supremo canciller."
Arn estaba mas que inpirado, su primer día como caballero oficial y habia encontrado uno de los huespedes de su maestro y podría decirse que asegurado su salvoconducto a travez de Tessalia.

El joven esperó pasientemente la respuesta tratando de mantener su porte orgulloso. Como si fuese un caballero de mayor rango.

-Pues si es tu rey quien me busca, llévame con él.-
Volteé a ver a Kiha para que me acompañara. ¿Para qué me buscará ese rey? me pregunté
-¿Sabes acaso porque me busca tu rey? ¿Soy sólo un enano de los túneles porque me buscaría un rey?-
Seguí al caballero observando detalladamente el camino.

-Sígame por favor- exigió Arn mientras viraba su corcel en dirección al pueblo. Guió al enano a través del portón de entrada y serpentearon hasta llegar ante el imponente bastión. Dicha estructura era la única edificación construida completamente con piedra imponiéndose sobre las pequeñas tiendas y hogares de madera.
Noir desmontó con un salto rápido y entró primero a la fortaleza. Arn llamó a un siervo para que tomase las riendas del caballo y entonces, mostrarle el camino al enano.

Subieron tres escaleras y recorrieron múltiples pasillos hasta llegar a una puerta decorada que tenía un pequeño estandarte con un águila simbolizadla. Arn toco la puerta y esperó pacientemente. -¿quién es?- pregunto una voz fuerte y grave desde el otro lado de la puerta. -Soy yo, señor. Ha llegado uno de vuestros invitados-
-Adelante-

Arn cedió el paso al enano y se despidió con una reverencia. Tras de si, cerró la puerta.

Frente al enano, se encontraba un enorme escritorio de cedro repleto de papeles meticulosamente arreglados en secciones, a sus lados había largos libreros llenos de libros de diferentes colores y tamaños decorados con elegantes inscripciones en las runas de los humanos. Tras el escritorio, un hombre corpulento y tosco se llava sentado portando una armadura plateada dividida en placas como las escamas de un Gyarados. Cada sección había sido diseñada para permitir el mayor movimiento al guerrero.

-Bienvenido maestre enano, sírvase de tomar asiento por favor- Dijo con voz grave- mi nombre es Durahan Guillou , capitán de la guardia del sur y paladín del supremo canciller Sdion Sylvann.
Probablemente estara usted muy cansado tras su viaje,¿ gustaría un poco de agua y algo de comer para ustedes dos?
Preguntó haciendo un ademan con su mano señalando al enano y a su compañero pokemon.

En una ventana, a un lado de Durahan, un hermoso pidgeotto estaba apostado en la base sosteniendo con sus afiladas garras el marco y fijando su penetrante mirada en el nuevo personaje en el recinto

"Era una noche como cualquiera, no había encontrado ningún indicio que me llevara a encontrar a Kaola... Habían pasado ya cuatro meses y realmente estaba fastidiado y frustrado al no poder hallar ninguna pista... Fue entonces cuando encontré lo que creí que sería mi última esperanza de encontrar por fin a Kaola..."

Una carta se encontraba en el suelo fuera de la tienda de campaña ingeniosamente armada con algunas ramas y hojas. Fue el sonido de una pequeña Tailow lo que despertó su sueño. Un elfo en una vestimenta café se colocó su sombrero, tomó su arco y su carcaja con flechas disponiéndose a averiguar lo que llamaba la atención del ave.

-¿Qué sucede pequeña Kaola? ¿Está todo bien? - La pequeña ave sostenía una carta con su pico, parecía que era algo importante así que el joven elfo se dispuso a leerla.

Al terminar de leer la carta el elfo tomó su mochila y la acomodó en su espalda para no estorbar a la carcaja.

-Kaola, nos vamos, nuestro destino: Tessalia. - El ave respondió alegremente y se posó en su hombro.

"Así emprendí mi viaje, una vez más sin rumbo fijo y sin ningún indicio de Kaola... Una cosa estaba segura, en ese reino me aguardaba algo grande, que podría cambiar mi futuro, y por supuesto... una nueva luz de esperanza para encontrar a Kaola...

Al salir del bosque que ahora conocía como la palma de su mano y por ende evadiendo a los bandidos, el elfo tomó la ruta más segura hacia el castillo de Tessalia, la cual por supuesto era atravezando el pueblo de Crowbar. Decidió que sería un viaje sin escalas para poder llegar a salvo al pueblo y ahí dormir en una posada que le hiciera un "pequeño" descuento por hacerla de trobador y contar sus aventuras, algunas cantadas en líricas canciones, otras recitadas en épicos poemas.

Después de una larga travesía, logró llegar al pueblo de Crowbar en una pieza... sin embargo estaba completamente exhausto. Al llegar a la entrada los guardias lo detuvieron:

-¡Hey tú, el del pájaro! - Dijo uno de ellos mientras pasaba por la puerta.
-¿Quién yo? - Respondió haciéndose el tonto.
-¿Ves a alguien más con un pájaro en el hombro? - Le respondió el otro guardia en un tono arrogante.
-Oh... Muy cierto, caballero. ¿Qué se le ofrece? - Dijo en tono de burla.
-No te hagas el gracioso, enano. ¿Quién eres y a qué vienes?
-Ah! Mi nombre... - Saca la carta de su mochila -...Whayne Slikver, ¡para servirles!

Los guardias reconocieron la carta y le dieron instrucciones para llegar al castillo, sin embargo el elfo sólamente respondió con un "Estoy muy cansado, iré mañana." Después de su charla con los guardias buscó un lugar cerca de la plaza del pueblo y cantó una que otra historia; gracias a esto, la gente del pueblo lo trató relativamente bien, dejándole suficiente limosna como para poder conseguir una comida decente para él y su Tailow.

-¡Muchas gracias! Si me disculpan tendré que retirarme, hoy ha sido un día muy largo y cansado para todos, ¿no es cierto? Propongo que cada quien retome su camino y regrese a casa a descansar. ¡Estoy seguro de que nos veremos de nuevo y cuando eso suceda, la pequeña Kaola y yo estaremos más que encantados de cantar más historias para ustedes! - Dicho esto, le hizo una reverencia al público que le aplaudía al marcharse.

Buscaron una posada, que no fuera muy ostentosa donde podrían comer y descansar. Por fortuna no tuvo que buscar mucho ya que había una muy cerca de la plaza. Pidió un poco de comida para él y su Pokémon y pidió a la casera una habitación para pasar la noche, no sin antes recitar uno que otro poema para alegrar a la gente en la posada.

-Muy buenas noches. - Dijo él a la casera - Esperaba que pudiera alquilarme una habitación ya que esta pequeña ave y yo estamos completamente exhaustos.
-¡Eso no será ningún problema! ¡Suba por favor! ¡En un momento le prepararé su habitación! - Le respondió alegremente la casera haciendo una seña a una de las criadas para que arreglara una habitación en el segundo piso.
-¡Se lo agradezco mucho! Es usted muy amable. - Hace una reverencia a la casera.
-¡Oh, por favor! - Dijo la casera después de una risa nerviosa. - ¡No hay necesidad de tantos modales!
-¡Pero si es usted quien me dará techo esta noche! ¿Cómo no ser educado con tan amable casera?
-¡Pase por favor! Su habitación debería de estar lista ya.
-¡Muchas gracias! - Le hace otra reverencia a la casera antes de subir a su habitación. Afortunadamente vió salir a la criada de un cuarto, la cual le indicó que esa sería la recámara donde pasaría la noche.

No era la gran cosa, sólo una recámara con un escritorio donde dejó su mochila, acro y flechas; una cama que parecía muy reconfortante después de tan árdua travesía y un baño privado donde podría tomar una ducha en la mañana. Por ahora se dejó caer tendido en la cama seguido por su Tailow quien se acomodó en una esquina sobre la cabecera descansando por fin.

A la mañana siguiente, se dispuso a tomar una ducha y tomar sus cosas depués de eso. Salió de la habitación no antes de acicalar a su Tailow, al parecer era un poco tarde pues la criada estaba esperando a que saliera para poder asear la recámara.

-¡Te lo agradezco mucho! ¡Dormí como un Snorlax en esa cama! Ten, esto es para ti. - Tomó la mano de la criada y le dió tres monedas de cobre que había ganado la noche anterior.
-¡G-Gracias! - Dijo la criada un tanto sorprendida, al parecer no muchas personas le agradecían y mucho menos le daban propina.
-No hay de qué, cuídate. - Le respondió alegremente y se dirijió al piso de abajo para pagarle a la casera.

-¡Miren quién despertó! ¡Nada más y nada menos que el Elfo Trobador! - Lo recibió la casera riendo.
-¿Elfo Trobador? ¡No suena tan mal! ¡Es todo un halago viniendo de tan fina dama como usted!
-¡Ahí vas de nuevo! ¿No te dije que dejaras todos esos modales?
-Tiene usted razón, mis más sinceras disculpas. Cambiando de tema, ¿cuánto le debo por dejarme pasar aquí la noche?
-¡No te preocupes! ¡No es nada! Después del espectáculo de anoche, la posada se llenó, ¡debería agradecerte por eso!
-Señora, si a eso me dedico, para mi ha sido todo un placer.
-¡De igual manera! ¡Puedes sentarte y tomar un buen desayuno! Esta vez será gratis, pero la próxima deberás pagar, ¿está bien?
-¡Claro! ¡No desperdiciaré esa oportunidad! ¡Se lo agradezco mucho! -

Dicho esto, se dispuso a desayunar, compartiendo un poco de comida con su Tailow. Antes de irse decidió preguntarle a la casera si había visto a Kaola, la cual desgraciadamente no la había visto ni oído jamás. El elfo agradeció y dejó la posada, emprendiendo el viaje hacia Tessalia.

Repasando la carta en su mente se sentía cada vez más intrigado y conforme se acercaba a la entrada del castillo su intriga se incrementaba. Decidió esperar en la puerta al siervo mencionado en la carta sin dirigirle la palabra a los guardias, pues no quería entorpecer su trabajo. Solo esperó a las afueras del castillo a que alguien viniera a recibirlo.

Sí, necesitaré agua y comida y también para Kiha, mi pokemon.
Y dígame ¿a qué se debe tanto alboroto? ¿Por qué me busca?

Durahan observó al enano con un semblante serio. - Por desgracia, Maese Enano, no me corresponde esa información. Le aseguro todo os sera revelado una vez que lleguemos con el canciller.
(esto es para adelantar la historia y estés a la par con will)
El paladín proveo comida y agua para su invitado, ademas de un cuarto en el bastión pues al día siguiente le escoltarían a Tessalia. El cuarto era un humilde recinto provisto de una amplia cama, un librero con algunas novelas y una mesilla de noche. Se le mostró sus aposentos y se le dejo ahí para que descansase.

A la mañana siguiente, los guardias llevaron ante Durahan a otro escogido que recientemente había llegado. Parecía estar herido pero gracias a la veloz intervención de los medicos, estuvo fuera de peligro.

Arn se paseaba en la avenida principal esperando encontrarse con Whayne. Según la descripción que le habían dado, este hombre era un trovador. El pequeño dragón caminaba a su lado saboreando una pequeña hogaza de pan.

Me quedé tranquilo en mi habitación junto con Kiha después de haber comido.
¿Qué nos tendrán planeado hacer?
Mientras tanto solo observé a mi compañero preguntándome como habrá sido su vida en la naturaleza y cuántos más habría como él. (cough cough quiero mas pokemones xD)
Mientras tanto me quedé mirando hinoptizado los ojos rojos de Kiha...

(abunadle brooo, ya avanza a la mañana sig) Arn se acerco a la posada mas grande en Crowbar. Si el trobador se habia hospedado en algun lado, seguro ahi podria dar con su paradero. Noir lo siguia de cerca emitiendo leves rugidos de satisfaccion al terminar su comida.

-¡Estoy Listo-! grité al siguiente día
Vamos Kiha en busca de esta nueva rara aventura que nos depara, busquemos a ese paladín y salgamos de este castillo
empiezo a desconfiar más cada segundo de ese Rey.
¡Bsuquemos la salida o cavemos un túnel!

Durahan observo al enano acercarse por la escalera principal hacia la salida. -Buen dia, maestre enano.- Lo saludo.
Hizo una leve reverencia con su cabeza y prosiguió - Partiremos en cuanto llegue otro de los invitados. ¿Ha usted descanzado?-

Mientras tanto, un hombre de apariencia indefensa se hallaba recargado en el marco del portón. A su lado, un pequeño ratata de pelaje grisaseo mordisqueaba lo que parecia ser un hueso. Durahan procedió a precentar al tercer invitado del canciller. _Maese enano, permitame presentaros a uno de vuentros compañeros. Su nombre es Landon.

El misterioso personaje se acerco al enano tendiendole la mano. Su mira era algo timida y su rostro reflejaba inseguridad. Se hallaba cubierto por una larga capa color cafe y por una capucha que apenas permitia ver su rostro.

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Arn se imaginó que el lugar mas probable donde encontraria al trovador seria la taverna mas grande de Crowbar. Que mejor publico para un trovador que ese lugar.

Caía la noche en el muelle de Katar, y la marea subía mientras la luna se alzaba fuertemente sobre el lugar. De pronto Aeolia despertó, y logro percatar que las olas estaban rozando su plumaje, así que se apresuro a despertarme con un ligero toque en la espalda, yo al momento de abrir los ojos no reconocí a mi pokemon por lo tanto me exalte, hasta comprender que este me estaba advirtiendo sobre el océano, fue entonces que lo cargue y me aparte de la zona yendo hacia un árbol cercano, y me resguarde en su cúpula. Posteriormente las aguas calmaron, e invadió la madrugada a aquella hermosa vista que teníamos. Pasaron unos minutos de manera que volvimos a agarrar sueño. En seguida escuche un tirón de cuerda, y vi una flecha clavarse en un árbol contiguo al que nos encontrábamos . entonces me dirigí hacia el, y encontré un sobre con un símbolo desconocido para mi, pero eso no me impidió abrirlo y leer el contenido de un trozo de pergamino que se encontraba en su interior... Al terminar de leer la carta voltee a ver a Aeolia y estaba en un estado de reposo, y pensé... Porque no.....

Claro Durahan ya me siento descando y listo para irnos

Levanté mi mano para saludar a Landon mientras intentaba mirar lo que había debajo de esa capa.
-Que peculiar sujeto ¿no lo crees Kiha?-
¿Estás listo para irnos Lando? (¿Al menos ya sabes qué es lo que trama este rey?)
Mientras tanto empujo delicadamente a Kiha hacia Arn para que se conozcan.
Dime Durahan ¿hacia donde vamos ahora?